16th May 2025
Hace muchos años, los abuelos de Mino y Mena fueron mineros. Ellos vivieron algo mágico: el Corazón de la Mina, un cristal que daba vida y unidad al pueblo. "¡Guau, Mino! ¿Tú crees que podremos encontrarlo?" preguntó Mena emocionada. Mino asintió con firmeza. "¡Sí! Juntos lo recuperaremos y haremos que el pueblo brille otra vez!" Junto a su canario Chispa, los niños decidieron aventurarse en la antigua mina.
Bajando a las profundidades, se encontraron con el Señor Colapso, un minero escéptico. "¿Seguridad? ¡Eso es para los débiles!" se burló. Pero Mino, con voz firme, dijo: "¡No, Señor Colapso! La seguridad nos protege para seguir adelante. ¡Hay que cuidarnos!" Después de escucharles, Colapso sonrió y los dejó pasar. Más adelante, conocieron al Trol Travieso y a otros amigos que les ayudaron en su viaje, guiados por su amistad y valentía.
Pronto llegaron a una sala enorme llena de estalactitas brillantes. "Mira, Mena, ¡es un mapa en la roca!" exclamó Mino mientras señalaba unos grabados en la pared. Chispa voló hacia las marcas y cantó alegremente. Mena observó con atención y dijo, "¡Parece que el Corazón de la Mina está justo al otro lado del río subterráneo!". Con cuidado, los tres cruzaron el puente de piedra, sintiendo la emoción de estar tan cerca de su objetivo.
Al otro lado, un resplandor multicolor los envolvió. Allí estaba, el Corazón de la Mina, latiendo suavemente en un nicho de cristal. "¡Lo encontramos, Mino!" gritó Mena mientras Chispa aleteaba de felicidad. Pero al intentar tomarlo, una voz profunda resonó: "Solo aquellos con corazones puros pueden tocarme". Mino y Mena se miraron y dijeron al unísono, "Lo haremos juntos, con amor y amistad".
Al tocar el cristal mágicamente, el Corazón de la Mina comenzó a brillar con más intensidad. Una corriente de luz subió por las paredes de la mina, iluminando cada rincón oscuro y devolviéndole la vida al pueblo. "¡Lo logramos, Mena!" dijo Mino emocionado mientras Chispa cantaba con júbilo. Cuando salieron de la mina, los habitantes del pueblo les recibieron con aplausos y sonrisas. El pueblo volvió a brillar, y Mino, Mena y Chispa eran los héroes del día.