25th May 2025
Un día soleado en la ciudad, un mal conductor de autos llamado José, que tenía una gran sonrisa y un sombrero rojo, chocó con un árbol. "¡Oh no!", gritó José, "no quería hacer eso!" Los pájaros volaron asustados mientras el árbol se sacudía. Un niño cerca, Juanito, dijo: "¡José, aprendamos a manejar bien! ¡Podemos ir al parque!"
Así que José y Juanito comenzaron a practicar. Un coche rojo brillaba bajo el sol. "Sigue la línea blanca, José!", grita Juanito. "Lo intentaré!" José va muy despacio y sonríe. Con cada vuelta y cada señal, José se siente mejor. Al final, grita feliz: "¡Soy un buen conductor ahora!" Todos aplauden mientras las nubes pasan.
Después de practicar, José y Juanito decidieron hacer una carrera amistosa en el parque. "¡Vamos, José, a ver quién llega primero al árbol grande!", dijo Juanito riendo. José aceleró con cuidado, manteniendo su vista en la línea blanca y siguiendo todas las señales. Al llegar al árbol, ambos se reían y chocaron las manos. "¡Eres el mejor conductor ahora, José!", dijo Juanito, orgulloso de su amigo.
Esa noche, José volvió a casa con una gran sonrisa. "¡Mamá, papá, soy un buen conductor ahora!", anunció mientras entraba. Sus padres lo abrazaron, felices de ver que José había aprendido a manejar bien. Desde entonces, José siempre condujo con cuidado, y cada vez que veía un pájaro volar, sonreía recordando la ayuda de su amigo Juanito. Y así, José y Juanito siguieron siendo grandes amigos, disfrutando de muchas más aventuras juntos.