5th May 2025
En un pequeño rincón del universo, un niño llamado Lucas miraba hacia el cielo. "¿Qué es el amor?" se preguntaba una y otra vez. Sus amigos le decían que era como una estrella brillante, pero él sabía que había más. Un día, mientras observaba las nubes, escuchó a sus amigos hablar: "El amor es como un abrazo cálido, como una flor que florece en primavera". Lucas tomó una decisión. "¡Voy a descubrirlo!" gritó emocionado, decidido a buscar el verdadero significado del amor.
Así comenzó la aventura de Lucas. Caminó por el bosque cercano, preguntando a cada animal que encontraba. Primero se acercó al sabio búho, quien le dijo: "El amor es como el viento que acaricia las hojas, invisible pero siempre presente". Lucas agradeció al búho y siguió su camino, sintiendo que cada respuesta lo acercaba un poco más a su meta.
Más adelante, encontró una familia de conejos que jugaban felices entre los arbustos. "El amor es como el calor del sol en invierno," le dijo la madre coneja, mientras acariciaba a sus crías. Lucas sonrió, viendo la ternura entre ellos, y comprendió que el amor también era el cuidado y la protección que se daban unos a otros.
Continuando su viaje, Lucas llegó a un lago cristalino donde nadaban unos peces dorados. "El amor es como el agua que nos rodea, nos sostiene y nos da vida," explicó uno de los peces, saltando graciosamente sobre las ondas. Lucas se quedó pensando en cómo todos los seres vivos dependían de ese vínculo invisible, y sintió que su corazón se llenaba de gratitud.
Al regresar a su hogar, Lucas comprendió algo importante. El amor no era solo una cosa, sino muchas pequeñas cosas juntas: el calor, la ternura, y el cuidado. Miró a sus amigos y familia y entendió que el amor estaba en los momentos compartidos y en los gestos más simples. Con una sonrisa, Lucas abrazó a sus seres queridos, sabiendo que el misterio del amor, aunque difícil de definir, siempre estaría presente en su corazón.