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Carlosneyder Villalbaamarilla

26th Jun 2025

El Paraguas Mágico de Simón

Simón era un niño curioso que vivía en un pueblo donde ¡nunca llovía! Un día, mientras jugaba en el desván de su abuela, encontró un paraguas viejo, con rayas de todos los colores. —¿Esto qué hace aquí si nunca llueve? —se preguntó. La abuela le sonrió y dijo: —Es un paraguas mágico. Solo funciona con imaginación.

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Simón lo abrió y en ese instante ¡empezó a llover! Pero no era agua común; llovían pompas de jabón, confeti y pequeños arcoíris que bailaban en el aire. —¡Guauuu! —gritó Simón, riendo mientras corría bajo la lluvia de colores. De repente, el paraguas se elevó y comenzó a volar. Simón, aún agarrado del mango, flotó por encima del pueblo, saludando a los perros, gatos y vecinos sorprendidos.

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Simón sobrevoló el pueblo, maravillado con las vistas desde las alturas. La plaza parecía un pequeño juguete, y las casas eran como bloques de colores. El viento le despeinaba, y Simón reía, sintiendo que volar era la mejor aventura del mundo. De repente, el paraguas comenzó a descender lentamente, llevándolo a un campo verde lleno de flores de todos los colores.

Al aterrizar, Simón se encontró rodeado de mariposas que revoloteaban felices a su alrededor. Una de ellas se posó suavemente en su nariz, haciéndole cosquillas. —¡Gracias, paraguas mágico! —dijo Simón, abrazando el paraguas con fuerza. Las mariposas parecían entenderlo y, juntas, comenzaron a formar nuevas figuras en el aire, como una danza especial solo para él.

Cuando finalmente regresó a casa, Simón no podía esperar para contarle a su abuela la increíble aventura que había vivido. —El paraguas realmente es mágico, abuela— dijo emocionado. Desde entonces, cada vez que Simón quería un poco de magia en su vida, subía al desván y con una sonrisa abría el paraguas, listo para la próxima aventura.