24th Jun 2025
"¡Vamos a la playa!", exclamó Maia con emoción. Ella, junto a sus amigos, llevó una mochila llena de bocadillos y toallas. Cuando llegaron, la arena brillaba bajo el sol. "¿Apostamos a que encontramos algo interesante?", preguntó Leo, mientras comenzaban a cavar en la arena. Todos rieron, pero pronto se dieron cuenta de que sus palas y manos estaban haciendo algo más que solo jugar.
Después de un rato de excavar, algo duro apareció. "¡Miren!", gritó Sofía, asomando la cabeza de un cofre antiguo. "Es un tesoro!" Los ojos de todos se abrieron con sorpresa. Con cuidado, abrieron el cofre, lleno de monedas doradas y joyas brillantes. "Este será nuestro secreto", susurró Maia con una sonrisa, mirando a sus amigos.
"¡Vamos a la playa!", exclamó Maia con emoción. Ella, junto a sus amigos, llevó una mochila llena de bocadillos y toallas. Cuando llegaron, la arena brillaba bajo el sol. "¿Apostamos a que encontramos algo interesante?", preguntó Leo, mientras comenzaban a cavar en la arena. Todos rieron, pero pronto se dieron cuenta de que sus palas y manos estaban haciendo algo más que solo jugar.
Decidieron no decirle a nadie sobre su descubrimiento, al menos por ahora. En cambio, hicieron un pacto de amistad eterna, prometiendo que siempre recordarían este día especial. La tarde pasó entre risas y sueños sobre cómo podrían usar el tesoro. "Tal vez podríamos comprar un barco y navegar juntos", sugirió Julián, y todos imaginaron aventuras en el mar, llenas de misterios por resolver.
Al caer el sol, los amigos guardaron el cofre nuevamente bajo la arena, marcando el lugar con una pequeña piedra en forma de corazón. Regresaron a casa con el corazón lleno de alegría y la promesa de volver al día siguiente. Aunque el cofre estaba escondido, el verdadero tesoro eran los momentos compartidos y la amistad que brillarían para siempre en sus corazones, como las joyas del cofre bajo la arena.