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Emiliano Atencio

29th Jun 2025

Isabella y su perro de peluche

Isabella, una niña de once años con cabello rizado y ojos brillantes, estaba en la plaza con su perro de peluche, Huellitas. "¡Mira, Huellitas!", exclamó Isabella, mientras lanzaba el peluche de Dibu Martínez al aire. Bautista, su amigo, se acercó corriendo: "¡Voy a atraparlo antes que tú!". Ambos comenzaron a reír mientras competían por el peluche. Huellitas, el perro de peluche, parecía observar todo con su sonrisa de botón y su suave pelaje. El sol brillaba y una brisa suave movía las hojas de los árboles.

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"¡Atrápalo!", gritó Isabella, lanzando el peluche hacia Bautista. Él saltó y lo atrapó en el aire. "¡Lo tengo!", celebró, mientras Huellitas parecía saltar de alegría también. Juntos, los tres, Isabella, Bautista y Huellitas, jugaron hasta que el sol comenzó a ponerse. "Este fue el mejor día de todos", dijo Isabella mientras se sentaban en un banco, mirando el cielo naranja. Bautista sonrió, "Sí, quiero que sea así todos los días".

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Mientras las estrellas comenzaban a brillar en el cielo, Isabella miró a Huellitas y sonrió. '¿Sabes, Bautista? Creo que Huellitas tiene algo especial, como si pudiera hacer que cualquier día sea fantástico', dijo con un tono soñador. Bautista asintió, mientras se levantaba del banco. 'Lo importante es que lo pasamos juntos', añadió. Fue entonces cuando decidieron caminar de regreso a casa con Huellitas, sintiendo que las aventuras nunca terminarían mientras estuvieran juntos.

Al llegar a la puerta de su casa, Isabella se detuvo un momento, abrazando a Huellitas con cariño. 'Hasta mañana, Bautista. ¡Nos vemos en la plaza!', exclamó con entusiasmo. Bautista levantó la mano en señal de despedida y se alejó bajo la luz de la luna. Esa noche, Isabella se durmió con una sonrisa, con Huellitas a su lado, soñando con más días soleados y juegos en el parque, sabiendo que la verdadera magia reside en la amistad.