16th Jun 2025
En Reus, en una pequeña casa que sus padres están construyendo, viven dos niños. Leo y Lina, de nueve años, siempre están llenos de risas. "¡Mira, Lina!" dijo Leo, saltando sobre unas cajas vacías. "¡Voy a ser un superhéroe!" Lina se rió, y con una capa hecha de una toalla, respondió: "¡Entonces yo seré tu compañera!" Juntos comenzaban su emocionante aventura.
Mientras exploraban su pequeño jardín, encontraron una mariposa colorida. "¡Mira esa mariposa!" gritó Lina. "¡Se ve mágica!" Leo la siguió, corriendo entre las flores. La mariposa, como si los escuchara, voló alto, llevándolos a un lugar donde las flores hablaban y los sueños se hacían realidad. "¡Esto es increíble!" exclamó Leo, mientras Lina sonreía con alegría.
Llegaron a un claro donde las flores formaban un arco iris viviente. Las flores, con voces melodiosas, les dieron la bienvenida. "¡Bienvenidos, pequeños aventureros!" dijeron en coro. Leo y Lina se miraron asombrados. "¿Podemos hablar con las flores?" susurró Lina, y Leo asintió con los ojos muy abiertos.
Una flor alta y azul les explicó que en su jardín existía un secreto: un portal que se abría cuando una mariposa especial los guiaba. "¿Dónde nos lleva ese portal?" preguntó Leo, emocionado. "A un mundo donde todo es posible", respondió la flor. Lina, llena de curiosidad, dio un paso adelante, decidida a descubrir más. "¡Vamos, Leo!", animó a su hermano.
Antes de que pudieran dar otro paso, la mariposa voló de regreso y, con una chispa de polvo mágico, cerró el portal. "Hoy es solo el comienzo", les susurró una flor cercana. "Regresen pronto, jóvenes exploradores." Leo y Lina, llenos de nuevas aventuras en sus corazones, regresaron a casa, prometiéndose que volverían. "¡Fue el mejor juego de superhéroes!" dijo Lina, mientras Leo asentía, ya soñando con su próxima aventura.