21st May 2025
Martín, un pequeño guerrero del bosque, vivía en un lugar mágico. "¡Hoy voy a explorar!", dijo emocionado, mientras su capa azul brillaba bajo el sol. En el bosque encantado, los árboles eran altos y llenos de colores. De repente, escuchó un grito. "¡Ayuda!" Era su amiga, Luna, quien había sido atrapada por un dragón. "¡No te preocupes, Luna! ¡Voy a salvarte!"
Martín cerró los ojos y, ¡puf! Se hizo invisible. Caminó rápidamente entre los árboles brillantes. Cuando llegó al dragón, dijo: "¡Por favor, suéltala!" El dragón, que era enorme y tenía escamas doradas, se sorprendió. "¿Por qué debes ayudarla?" preguntó. Martín respondió con valentía: "Porque la amistad es mágica." Conmovido, el dragón liberó a Luna y se hizo amigo de Martín. Juntos, regresaron a casa, felices y llenos de aventuras por contar.
Mientras caminaban de regreso, Martín y Luna notaron algo brillante en el suelo. "¿Qué es eso?" preguntó Luna curiosa. Se acercaron y vieron una pequeña piedra que brillaba con todos los colores del arcoíris. "Es una piedra mágica", explicó el dragón, quien había decidido acompañarlos. "Guárdenla como recuerdo de nuestra aventura juntos".
Martín sonrió y guardó la piedra en su bolsillo. "Gracias, amigo dragón", dijo con gratitud. Luna, que estaba muy feliz de estar libre, le dio un fuerte abrazo a Martín. "Eres un héroe", le dijo con una gran sonrisa. El dragón se inclinó y les prometió que siempre estarían protegidos en el bosque mágico.
Al llegar a casa, la mamá de Martín los recibió con un gran abrazo. "¡Qué aventura más increíble!" exclamó ella al escuchar la historia. Martín, Luna, y el dragón compartieron risas y cuentos bajo la luz de las estrellas. Y desde aquel día, el bosque encantado siempre brillaba un poquito más, gracias a la magia de la amistad.