29th Sep 2025
D'Artagnan, ahora un niño de seis años, se despertó con un dolor en su boca. "¡Ay!" gritó él, "me duele mucho, Athos!" Athos, su amigo mayor, le miró con preocupación. "¿Qué pasa, pequeño?" preguntó. Entonces, Aramis, que era el más sabio del grupo, se acercó y dijo, "Quizás solo necesitemos revisarte, D'Artagnan. No te preocupes, estoy aquí para ayudarte." Pero D'Artagnan, asustado de los dentistas, corrió a esconderse bajo la cama.
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Athos y Porthos, buscando a su amigo, encontraron a D'Artagnan temblando. "¡Confía en nosotros!" dijo Athos con voz suave. "No te haremos daño," añadió Porthos. D'Artagnan, asustado pero consciente de que debía enfrentarse a sus miedos, salió de su escondite. Con un salto, abrazó a Aramis quien lo llevó suavemente a la enfermería. Allí, Aramis le habló en voz baja y le prometió que no sentiría dolor, solo un poco de frío. Finalmente, D'Artagnan decidió dejarse ayudar y se tumbó, mientras Aramis comenzaba a explicarle todo lo que iba a hacer.
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D'Artagnan, con mucho miedo, se aferra a la pierna de Aramis mientras este le analiza la boca. Aramis le explicó que tenía una muela de leche que no se caía porque una muela nueva estaba empujando. "No te preocupes, será rápido," dijo Aramis mientras preparaba su equipo. D'Artagnan, sintiéndose algo más relajado, preguntó, "¿Me dolerá?" Aramis sonrió, "No, solo sentirás frío y un poco de presión. Confía en mí." Al escuchar estas palabras, el pequeño sintió una chispa de valentía y aceptó la ayuda de su amigo, listo para afrontar su miedo final.
