5th Sep 2025
Había una vez un globo rojo que vivía en la mesa de una pequeña tienda. Un día, un niño llamado Tomás entró y sus ojos brillaron al ver el globo. —¡Ven conmigo! —dijo Tomás, sonriendo. El globo, atado a su cuerdita, soñaba con volar alto y ver el mundo desde el cielo.
Tomás salió corriendo al parque con su globo. —¡Mira cómo bailo! —gritó el globo, moviéndose de un lado a otro. De repente, un viento fuerte lo levantó, y el globo rojo subió, subió, subió. —¡Mira, Tomás! —exclamó mientras veía otros globos de colores. Pero pronto se dio cuenta de que no quería volar solo.