10th Apr 2025
¡Hola! Soy Alejandro, un niño muy inquieto. Siempre digo: "¡Vamos a jugar!" Nicol, mi amiga tranquila, responde, "¿Qué vamos a hacer?" Daniel entra, risueño como siempre, diciendo, "¡Voy a hacer malabares!" Perla, la más inteligente del grupo, añade: "Yo tengo una idea brillante para divertirnos todos juntos."
Un día soleado, decidimos construir una casa en el árbol. Alejandro saltó mientras decía, "¡Estoy listo para escalar!" Nicol le ayudó a subir, y Daniel hacía malabares abajo. Perla pensó en cómo hacer la casa segura y divertida. ¡Fue un día lleno de risas y alegría!
Mientras subíamos al árbol, escuchamos un ruido divertido. Era Daniel, quien había decidido hacer malabares con piñas en lugar de pelotas. Todos nos reímos tanto que casi nos caemos del árbol. Afortunadamente, Perla dijo: "¡Cuidado, amigos! Esto es una aventura, pero hay que ser precavidos."
Cuando llegamos a la copa del árbol, comenzamos a construir. Nicol, con su calma habitual, nos sugirió usar ramas fuertes para el suelo. Alejandro, siempre entusiasta, trajo hojas grandes para hacer un techo. Perla, con su ingenio, encontró la manera de decorar la casa con flores coloridas. Daniel, sin dejar de sonreír, colgó una cuerda para escalar más fácilmente.
Finalmente, nuestra casa en el árbol estaba lista. Todos nos sentamos dentro y miramos el cielo azul. Alejandro exclamó, "¡Esto es lo mejor que hemos hecho!" Nicol sonrió y dijo, "Es el lugar perfecto para nuestras aventuras." Y así, la casa en el árbol se convirtió en nuestro refugio especial, lleno de risas, juegos, y muchas historias por contar.