31st Jan 2025
Cigarra era una perrita torpe con pelaje negro y manchas blancas. Un día, ella miró a su amiga María Laura y dijo: "¡Mira, estoy tratando de hacer un truco!" María Laura, una niña bonita e inteligente, sonrió y le respondió: "¡Vamos, Cigarra, yo sé que puedes!" Cigarra intentó saltar sobre un pequeño tronco, pero cayó de lado. "¡Ay!" exclamó y ambas se rieron en seguida.
Cada vez que Cigarra hacía algo bien, María Laura sacaba unas galletas. "¡Aquí tienes, mi amiga!" decía con alegría. Cigarra movía la cola y disfrutaba de sus premios. Una tarde, intentaron un nuevo truco. "¡Cigarra, salta alto!" dijo María Laura. Cigarra corrió y saltó. Esta vez, ¡lo hizo perfecto! "¡Eres la mejor, Cigarra!" y le dio una galleta enorme.
Luego, decidieron explorar el jardín trasero. María Laura agarró su cesta de picnic y Cigarra siguió moviendo la cola felizmente. Encontraron un lugar perfecto bajo un árbol grande. "¡Aquí podemos hacer una fiesta de picnic!" exclamó María Laura. Cigarra ladró emocionada, y juntas se sentaron a disfrutar de las galletas y el sol.
Mientras comían, de repente escucharon un sonido curioso. "¿Qué es eso?" preguntó María Laura. Cigarra levantó las orejas y comenzó a olfatear alrededor. ¡Era un pájaro pequeño que había volado hasta ellas! María Laura lo miró con ternura. "¡Hola, amiguito!", dijo suavemente, y Cigarra lo saludó con un suave ladrido.
Después del picnic, María Laura y Cigarra decidieron regresar a casa. "Fue un día increíble", dijo María Laura mientras se alejaban del árbol. Cigarra asintió, agitando su gran cola peluda. "¡Mañana intentaremos más trucos!", prometió María Laura. "¡Y más galletas!", ladró Cigarra feliz, sabiendo que cada día con su amiga era una nueva aventura.