28th Oct 2024
Un día soleado, los animales del bosque se reunieron. Decidieron hacer una gran carrera. Todos estaban emocionados, listos para mostrar sus talentos. El zorro, la liebre y el ciervo estaban entre los competidores. La pequeña tortuga quería unirse también, aunque todos pensaban que sería muy lenta.
La liebre era la más rápida de todas. Saltaba alto y veloz. El ciervo, con su gran agilidad, corría entre los árboles. El zorro siempre pensaba en cómo ganar estratégicamente. Mientras tanto, la tortuga decidió comenzar a avanzar con paciencia. Todos los animales aplaudían, emocionados por la carrera.
Al sonar la campana, los animales salieron disparados. La liebre tomó la delantera, corriendo veloz. El zorro intentó seguirle, pero era difícil. El ciervo se movía elegantemente entre los arbustos. La tortuga avanzaba lentamente, disfrutando de cada paso que daba.
A medida que la carrera continuaba, la liebre se detuvo a descansar, pensando que ya había ganado. Pero el zorro y el ciervo continuaron corriendo sin parar. La tortuga, con su paso firme, siguió avanzando despacio pero seguro. Los demás animales comenzaron a animarla, apoyando su esfuerzo.
Cuando la liebre se despertó, se dio cuenta de que la tortuga casi había llegado a la meta. En un último esfuerzo, la tortuga cruzó la línea, ¡sorpresa! Todos los animales celebraron su perseverancia y talento. La carrera había enseñado que no siempre gana el más rápido, sino el que tiene determinación.