4th Apr 2025
Hoy conoceremos la fascinante historia de un niño extraordinario llamado Jesús. Una mañana, María miraba por la ventana y pensaba: "¿Qué pasará hoy?" De repente, un ángel brillante apareció y le dijo: "¡No temas, María! Vas a ser madre de un pequeño muy especial, y su nombre será Jesús." María, asombrada y asustada, preguntó: "¿Cómo puede ser esto?" El ángel sonrió y respondió: "Todo es posible para Dios."
María se casó con un hombre llamado José. Él era cariñoso y sabía que Dios tenía un plan. Un día, decidieron hacer un viaje a Belén, donde Jesús nacería. Mientras cruzaban el desierto, María dijo: "José, tengo un buen presentimiento sobre este viaje." Cuando llegaron a Belén, las posadas estaban llenas. No encontraron lugar, así que se escondieron en un establo. Allí, en medio de animales y paja, nació Jesús. Todos se arrodillaron, celebrando su llegada. Jesús creció como un niño feliz y aprendió el oficio de su padre, el carpintero, y al mismo tiempo, compartía su amor por Dios con todos.
Las aventuras de Jesús no solo fueron en su casa, sino también en el templo donde aprendía. "¡Mira, José!" exclamaba, viendo a los maestros y queriendo ayudar. Con el tiempo, Jesús se hizo famoso por su bondad y cariño, tocando el corazón de muchas personas.
Los días pasaban, y todos en Nazaret lo amaban. Un día, un niño llamado Pedro se acercó, lleno de preguntas. "Jesús, ¿cómo hacemos el bien?" Jesús sonrió y respondió: "Amar es lo más importante. Ayudemos a los demás siempre." Y así, Jesús creció como un niño extraordinario, lleno de amor y fe.
Un día, mientras Jesús jugaba en el campo con sus amigos, vio a un niño que estaba triste y solo. Jesús se acercó y le preguntó: '¿Por qué estás triste?' El niño respondió: 'No tengo amigos con quien jugar.' Jesús, con su corazón lleno de amor, dijo: 'No te preocupes, ahora somos amigos.' Desde ese día, el niño nunca más estuvo solo, y aprendió que el amor y la amistad son un regalo precioso que Jesús compartía con todos. Así, Jesús continuó tocando los corazones de quienes lo rodeaban, haciendo del mundo un lugar más bonito con su bondad infinita.