18th Aug 2025
Había una vez una niña valiente llamada Clara que cultivaba flores hermosas en su jardín, lleno de colores vibrantes. "Oh, ¿por qué no puedo tener las flores del frío, como los tulipanes y las lilas?" se preguntaba Clara, con una mirada triste mientras miraba el cielo de Panamá. Su abuela se acercó y le dijo, "Clara, cada flor tiene su propio lugar en este mundo, y Dios tiene un plan maravilloso para ti con las flores que puedes cultivar aquí."
Con cada día que pasaba, Clara aprendía a amar sus flores tropicales, como las orquídeas y los hibiscos. "Mira cuán bellas son mis flores, abuela", decía Clara, sonriendo al ver a las mariposas danzando a su alrededor. Al final, Clara comprendió que no necesitaba flores de otros lugares para ser feliz. "Gracias, Dios", susurró con gratitud, y su jardín floreció, lleno de vida y amor.