2nd Jul 2023
Había una vez una niña llamada Sofía, con cabello rubio y ojos azules como el océano. Un día, mientras paseaba por la playa, Sofía vio algo brillante en el agua. Se acercó y se sorprendió al ver a una hermosa sirena emergiendo de las olas. El sol brillaba intensamente y las olas rompían suavemente en la orilla. La sirena tenía una cola escamosa de tonos verdes y azules que brillaba bajo el agua cristalina.
Sofía y la sirena nadaron juntas en el océano azul profundo. El agua era clara y fresca, y los peces nadaban a su alrededor en una danza mágica. La sirena tenía una voz dulce y melodiosa que hacía eco en todo el océano, mientras Sofía reía y chapoteaba en el agua. Se hicieron amigas al instante y disfrutaron de la compañía una de la otra en un mundo submarino lleno de maravillas.
Bajo las estrellas relucientes, Sofía y la sirena se sentaron juntas en una roca en la costa y se contaron historias. La luna llena iluminaba su amistad y los delfines saltaban en el horizonte. La sirena tenía cabello largo y brillante del color del arco iris, mientras que Sofía se reía y jugaba con sus colores. Compartieron risas y secretos, fortaleciendo aún más su vínculo especial.
Un día, la sirena llevó a Sofía a explorar un antiguo naufragio hundido en el fondo del océano. Nadaron entre los restos del barco, descubriendo tesoros ocultos y secretos perdidos en el tiempo. La sirena guió a Sofía a través de pasillos submarinos estrechos, llenos de misterio y emoción. Juntas, descubrieron un mundo submarino lleno de aventuras y sorpresas.
Después de una emocionante aventura, llegó el momento de despedirse. Sofía y la sirena se abrazaron con tristeza en la playa. Prometieron mantener su amistad en secreto y esperar ansiosamente el día en que pudieran encontrarse nuevamente. Para sellar su amistad, Sofía le regaló a la sirena un collar hecho de conchas marinas, simbolizando su amistad eterna. Con lágrimas en los ojos, se separaron, con la esperanza de volver a encontrarse algún día en el vasto océano azul.
