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yolanda garcia

10th Jul 2023

Eramos solo un rollo

Eramos solo un rollo, dos personas que se encontraban de vez en cuando sin ningún compromiso. Pero a medida que pasaba el tiempo, comencé a sentir algo más por ella. Parecía que también sentía algo por mí, pero su apego evitativo la mantenía a distancia. A pesar de mis sentimientos, decidí ofrecerle una amistad sincera.

Dos personas caminando juntas en un parque bajo un cielo despejado y soleado.

Un día, decidí invitarla a salir al parque. Caminamos juntos bajo un cielo despejado y soleado. Hablamos de nuestras vidas, nuestros sueños y nuestras experiencias. Parecía que estábamos conectando de una manera más profunda. Sin embargo, en el fondo de mi corazón, todavía había una chispa de esperanza de que podríamos ser algo más que amigos.

Luego de tres años de conocernos, llegó el momento en el que decidí expresarle mis sentimientos. Le dije que estaba enamorado de ella y que quería estar en una relación seria. Pero su respuesta me rompió el corazón en mil pedazos. Ella me dijo que no sentía lo mismo, que solo quería mantener nuestra amistad. Aunque me dolió escuchar esas palabras, decidí respetar su decisión y aceptar que solo éramos amigos.

Después de ese momento, nuestra dinámica cambió. Aunque intenté ser solo su amiga, siempre sentía un vacío en mi corazón. Por más que disfrutara de su compañía, siempre había una pequeña parte de que deseaba que las cosas fueran diferentes. Sin embargo, comprendí que no podía obligar a nadie a sentir lo mismo que yo.

Con el tiempo, aprendí a aceptar nuestra amistad y a valorarla por lo que era. Aunque no teníamos una relación romántica, teníamos una conexión especial y compartíamos momentos preciosos juntos. Aprendí a disfrutar de su compañía sin esperar más de lo que podía ofrecerme. Aunque a veces siento nostalgia por lo que pudo haber sido, que nuestra amistad es valiosa y que siempre estaré agradecido por los tres años que estuvo conmigo.